Ya
había terminado el curso y con ello venía el comienzo del verano,
se suponía que era lo que todo el mundo quería pero yo no. Yo me
pasaba todos los días encerrada en casa con el ordenador, leyendo o
mirando la tele. Lo que se diría un planazo de verano.
Poco
a poco, empecé a salir más a menudo, quedando con una amiga de un
pueblo de al lado para ir a la playa. Aquel día, tenía que ir con
el autobús porque mi padre no me podía llevar y desde el principio
me levanté animada, sabiendo enseguida que ese día sería
inolvidable. No sabía por qué, pero lo sabía.
El
cielo estaba despejado, el sol brillaba como nunca y hacía mucho
calor, pero a pesar de todo eso, apetecía salir de casa. Ese día no
me podía quedar en casa, ni loca.
Aquel
día me levanté bastante pronto, sobre las 9, así que decidí poner
una lavadora y arreglar un poco la casa, ya que mi madre trabajaba y
no lo podía hacer ella. La mañana pasó bastante lenta debido a mis
ganas de irme a la playa, así que después de limpiar la casa me
senté en el sofá y me quedé mirando el reloj esperando a que
llegara la hora de coger el autobús.
Cuando
llegamos a la playa, dejamos las toallas en el lugar de siempre,
parecía como si lo tuviéramos reservado. Antes de darnos un baño
decidimos ir a dar paseo por la playa. cuando vimos a dos chicos muy
pero que muy guapos que estaban tumbados cerca de los columpios. Yo
no tenía experiencia en ligar pero tenía que hacer algo. Por un día
que salía de casa...
-
Carolina, los has visto. Están super buenos, tenemos que hacer algo.
Hace mucho tiempo que no me lío con nadie...-dije un poco
desesperada.
-
Si que los he visto y para mí no son nada del otro mundo, pero si a
ti te gustan, algo tendremos que hacer ¿ No crees?
-
Sí, ¿ Qué podemos hacer? Yo de experiencia tengo poca.
-
Vamos a bañarnos.
Fuimos
a bañarnos y al salir del agua pasamos por su lado. Nos habían
mirado, no me lo podía creer, pero tampoco tenía que hacerme
ilusiones. Mi amiga era la típica rubia pibonazo sin celulitis y yo
era la morena con pocas tetas y con celulitis en el culo. Fuimos a
las duchas y por un momento pensamos que ya no nos harían caso, pero
al ir a jugar a voleyball, les vimos acercarse para ver que hacíamos.
-
Ehh, venid aquí!- dijeron gritando. Nosotras, nos hicimos las sordas
y volvimos a la toalla como si no hubiera pasado nada. Eso les llamó
la atención e hizo que vinieran detrás nuestra. En ese momento me
sentía como en las películas americanas, un rato después lo vi un
poco estúpido.
-
Hola, ¿cómo os llamáis?-. Pregunté con ganas, solo esperaba que
no se notara
-
Yo soy Pablo y él es Marcos.-Ohh.. que mono es Pablo,el rubio, solo
que no creo que sea su tipo pensé-. ¿Y vosotras cómo os llamáis?
-
Ella es Carol y yo Carolina. - Dijo mi amiga sin haberme dado cuenta
-Siempre he pensado, que el que nos llamemos igual, fue lo que más
nos hizo ser amigas, ya que ella no tiene nada en común conmigo y a
parte, es dos años mayor que yo. Nos hicimos amigas, el año en que
repitió y nos tocó juntas en clase- Claro.. quien iba a estar
atenta teniendo delante a dos bombones como esos. Solo podía pensar
en lo que haría con ellos.. Que es cualquier cosa.-NO- me dije a mi
misma. No puedes pensar eso, los acabas de conocer, relájate.
-
Tenemos que ir a casa de la abuela de una amiga, para recoger unas
cosas que se ha dejado ¿Os venís?-Dije pensando que dirían que no,
pero siempre hay que ser cortés. - Ajajaja- yo no podía decir eso.
Me asombraba a mí misma.
-
Vale-Dijeron los dos al mismo tiempo. Tengo que admitir que el camino
se hizo del todo extraño. Ellos iban a la suya y nosotras a la
nuestra, pero Carolina con su desparpajo consiguió que la
conversación entre nosotros empezará a fluir cuando empezó con sus
preguntas de chica curiosa que siempre hacía cuando conocía a
alguien nuevo.
Nunca
me había muerto tanto de la vergüenza, cada vez sus preguntas eran
más personales y más íntimas. Yo simplemente estaba presente en
cuerpo, pero me encargué de pasar desapercibida para no tener que
ser partícipe de su cuestionario.
Luego
de un rato, vi como Pablo sacaba de su pantalón un paquete de
cigarrillos, yo no fumaba y no me gustaba ver a la gente fumar pero
cuando me preguntó si quería uno no me lo pensé dos veces y le
dije que vale. Yo no había fumado en mi vida, y no sabía como se
hacía aquello, así que al encenderlo y dar la primera calada empecé
a toser como una descosida. La garganta me picaba y me rascaba como
nunca y la sensación de quemazón era brutal.
Cuando
dejé de toser me fijé en que me estaban mirando los tres y yo, como
pude con voz temblorosa y de mal humor les pregunté que miraban.
-
Nada- Respondió Pablo sonriendo
-
¿De qué te ríes tú? le respondí yo con mal humor.
Y
él respondió- de ti, que si no has fumado nunca, no sé para que
pides uno. Esta juventud nunca aprenderá.
Su
tono chulesco me puso de mal humor, pero no le di más importancia,
simplemente me digné a seguir caminando y a llegar a la playa cuanto
antes.
Cuando
llegamos a la playa, nos sentamos en el mirador y las preguntas
empezaron a ir dirigidas a mi.
-
Carol, ahora no te escapas así que tendrás que responder a mis
preguntas.- dijo Pablo muy convencido -Vamos a empezar por las
preguntas lights, ¿cuantas relaciones has tenido?
Me
quedé un rato dubitativa, porque en verdad yo no había tenido
ninguna relación seria, simplemente me había liado y besado con un
chico, y fue con ese mismo con el que perdí la virginidad, así que
tampoco había mucho que contar.
Con
calma y paciencia respondí a todas sus preguntas intentando no
ponerme colorada e intentando no perder los nervios en cada una de
ellas. Después de un rato de charla, me dí cuenta de la hora que
era, así que les dije que ya me tenía que ir y antes de irnos nos
intercambiamos teléfonos, facebooks y demás. Ahora solo quedaba
agregarle, y esperar a hablar con él. Cuando nos despedimos, le di
dos besos a Marcos y cuando fui a darle dos besos a Pablo, este me
cogió y me besó en los labios. En aquel momento, mi cuerpo empezó
a entrar en calor y mil y una cosa se movió dentro de mi. Hacía
mucho tiempo que no sentía eso con un chico y se sentía realmente
bien. Ahora ya tenía un recuerdo más para la vida.
-
Carolina, ¿ te puedo hacer una pregunta?- le dije preocupada cuando
nos fuimos
-
Claro, dime
-
¿Crees que soy una guarra, por querer hacer cosas con Pablo sin
conocerlo bien?
-
No, es verano y no tienes novio. A parte no son de aquí, así que
luego no lo vas a volver a ver y será como si no haya pasado nada.
No tienes de que preocuparte. Eso si, gasta precaución, no quiero
verte con un bombo y el niño sin padre.
-
Ajaja, no te preocupes. ¿ Y tú, cuando tienes pensado hacer algo?
-
No sé, cuando llegue el momento. No soy como tú, no puedo hacerlo
sin conocer a la persona.
-
¿Me estás llamando guarra?- pregunté sin saber si de verdad me
había molestado que dijera eso o no. Yo era así, pero no me gustaba
que me lo restregaran por la cara. Después de unos cinco minutos,
llegó el autobús. Me senté en mi sitio de siempre, me puse los
cascos y mientras sonaba "Solamente tú" de Pablo Alborán,
empecé a imaginarme vidas. Vidas que me gustaría tener, cosas que
me gustaría hacer. No sabía por qué, pero era una costumbre mía
hacer eso. Siempre me imaginaba vidas mejores a las mías. De repente
me dije a mi misma que dejara de pensar en eso y lo hice. Cerré los
ojos y me puse a tararear la canción para mi misma.
Cuando
llegué a casa no había nadie en ella, así que me fui a darme un
baño para relajarme y quitarme toda la sal de encima. Me quité la
ropa mientras el agua se calentaba, ya que aunque fuea verano no me
gustaba ducharme con agua fria. Me paré delante del espejo y me miré
durante un largo rato. Una parte de mi veía a una chica guapa, y con
mucho potencial pero mis inseguridades hacía que esa parte no
pudiera alflorar como era debido.
Me
quedé un rato delante del espejo pensativa y recordando cada
instante que había vivido aquella tarde. Pensar en Pablo hacía que
todo mi cuerpo se estremeciera y sin pensar lo que hacía dirigí una
de mis manos hasta mis pechos y los empezaba a acariciar poco a poco.
Mis pezones se iban endureciendo cada vez más y yo jugaba con ellos
haciéndome sentir una y mil sensaciones. Mientras me acariciaba los
pechos con la otra mano fui hasta mi sexo y empecé a acariciarlo. En
ese instante noté lo caliente y mojada que estaba y empecé a
estimular mi clítoris cada vez más rápido mientras introducía un
dedo en mi interior. No podía parar, estaba desenfrenada y cada vez
el ritmo era más elevado. Sucumbida por un placer indescriptible
empecé a templan hasta llegar al clímax.
Cuando
me dí cuenta había pasado más de 10 minutos por lo que el agua
estaba hirviendo, así que cerré el grifo del agua caliente y abrí
el del agua fría. En aquel momento estaba demasiado caliente y
necesitaba bajar la temperatura de mi cuerpo. Después de ducharme,
me vestí con una camiseta y unas bragas de ir por casa y me puse a
ver la tele para matar el tiempo.
Holaaa ^^
ResponderEliminarNo sé si sabrás que soy tu "pareja amiga" en la iniciativa del blog de Lexa, así que estoy aquí dispuesta a leer tu blog cada día y comentar en 3 entradas.
El comienzo por ahora me gusta, jajaja.
Besos, Amanda.
Me alegro de que te vaya gustando. Hace un rato que me he dado cuenta, yo también voy a pasar por tu bog todos los días. Espero que no dejes de leer. Cualquier cosa que veeas que se pueda mejorar no dudes en decirmela. Que aquí estamos para aprender y mejorar.
EliminarOh, se me han adelantado D:
ResponderEliminarCreo que hubo algunos problemas en las parejas amigas y le mandé a Lexa un comentario sobre ello, pero no importa. Te has pasado por mi blog y yo lo he hecho por el tuyo:)
La verdad es que tenía pensando comentarte tu última reseña, pero vi esto y no pude evitar comenzar a leer! Por el momento me la pasaré aquí en tu novela y en tus reseñas:D
¡Besos!