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jueves, 27 de junio de 2013

Capítulo 27

Salí de casa pensando en todo lo que les iba a decir. Estaba muy nerviosa, ya que la reacción de ellos me importaba mucho y tenía miedo de que se enfadaran conmigo. Ellos eran lo más importante de mi vida. Desde lejos pude distinguir a alguien, pero no sabía exactamente quien era. Cuando vi que me saludaba de una forma muy peculiar, en seguida supe de quien se trataba, aquel era Álvaro. De repente el corazón empezó a irme a cien, tenía sudores fríos y me entraron ganas de vomitar. Estaba a punto de volver marcha atrás, pero ya era demasiado tarde.
- Hola! ¿Qué hacemos aquí?- preguntó extrañado.
- Ahora lo verás, pero antes tenemos que esperar a otra persona.
- ¿A otra persona?
- Sí, y por allí viene.
- Umm... Dime que aquel no es Pablo- dijo confuso.
No podía contestarle. Era obvio que aquel era Pablo. Todo aquello me superaba.
- ¿Qué hace este aquí?- Dijo Pablo enfadado
- Tranquilo, que le he echo venir aquí yo.- Le expliqué.
- Pues no me parece bien, ya se está largando.
- Aquí no se va ha ir nadie hasta que yo termine de hablar vale.- Dije enfadada. No sabía porque Pablo se ponía así cuando un día antes me dijo que me entendía. Era todo tan confuso.
- Pues habla.- Contestó Pablo enfadado. Ese tono me estaba poniendo nerviosa y quería pegarle, pero me aguanté las ganas.
- Haber, quería hablar con vosotros, porque odio veros enfadados. A mi me gusta mucho Pablo, eso está claro, pero también me gusta Álvaro y es algo que no puedo negar.
- Y con todo esto, que quieres decir?- preguntó Álvaro después de estar un largo rato en silencio
- Umm.. que me gustaría poder hacer cosas con los dos. Me duele decir esto, porque me siento un poco putita, pero me gusta follar con los dos y no puedo negarlo y tampoco quiero hacerlo. Tenéis que respetar mi decisión y sinceramente, el único que veo que lo hace es Álvaro, porque me entiende.
- Jajaja, no pienses que yo voy a permitir que te acuestes con otro que no si ese no soy yo... Porque si vas a hacerlo, ya puedes olvidarte de mí, eso tenlo claro.
- Esto no era lo que quería que pasara, pero si lo que me temía. Sinceramente, si no aceptas que yo piense así, no merece la pena perder el tiempo contigo.
- Bueno si tu crees que no merece perder el tiempo conmigo adiós. Y que te vaya bien con este, zorra.

domingo, 23 de junio de 2013

Capítulo 26

Me sorprendió mucho, ya que pensaba que Pablo estaba enfadado conmigo. Que me hablara me hizo sentirme tan bien.
Hola preciosa :)
No te he llamado porque pensaba que estabas enfadado conmigo.
Lo estaba, pero no puedo culpar a ese cretino, ya que yo también te quiero. 
Ohh... que mono. Siento causarte los enfados, por esa tontería pero tienes que entender que algo me hace sentir un poco de atracción hacia él, aunque tú me gustas mucho,mucho,mucho más. Creo que lo de él solo es atracción física.
Me duele oír eso, pero me alegro que seas sincera y respeto tu decisión. 
Me dolía hablar con él sobre eso, pero no podía evitarlo y quería hacer una cosa pero no sabía que le parecería, pero me daba igual. Ya era demasiado tarde para volver atrás, ya había pulsado ENVIAR.
Para: Álvaro Ramón
Asunto: Tengo que hablar contigo, y pronto. Cuando puedas dime que tal te viene vernos mañana a las 16:30. Ya te diré el lugar. Cuídate.
Estaba 100% segura que cuando Pablo se enterara me iba a matar, pero me daba igual. Ahora tenía que decírselo a él. Haber como se lo iba a tomar
Por cierto, mañana quiero quedar contigo a las 16:30 en un lugar especial para mí, ya te contaré más. 
Umm... ya me tienes intrigado, no me puedes revelar un poquito.
No!! ajaja. Espero no arrepentirme.
¿Arrepentirte? ¿De qué? ¬¬ Me das miedo. 
Miedo es lo que no tienes que tener ajaja. Ya tengo ganas de que sea mañana.
Pues imagínate yo, que no sé lo que quieres hacer
Nene, te dejo que tengo que irme a cenar, hablamos mañana. Conéctate y te diré el lugar donde nos veremos. Besitos y cuídate (LL)
Después de cenar estuve un buen rato dándole vueltas a todo, me daba miedo la reacción de ellos cuando se vieran, pero tenía que hacerlo. No sé porque pero algo me decía que lo tenía que hacer. Después de un rato me quedé dormida.
No sabía donde estaba, aunque el lugar me resultaba familiar. Me puse a andar y solo daba vueltas, cuando de repente oí que me llamaban, me giré y lo vi ahí. ¿Porqué estaba mi profesor en ese sitio? Todo era muy extraño. Me acerqué a él con la intención de saber más.
- ¿Qué haces aquí? ¿Dónde estamos?- le pregunté extrañada. 
- Como que dónde estamos, ¿ no te acuerdas de nada?- Dijo con asombro. ¿ De que me tenía que acordar? todo aquello era muy raro.
- ¿De que me tengo que acordar?
- De lo que hablamos el otro día.
- No sé de que me hablas, ¿porfavor podrías especificar?
- Si claro.- Poco a poco se iba acercando a mí. Me daba mucho miedo, pero al mismo tiempo me excitaba, poder sentir su olor me encantaba. Era tan embriagador todo. 
Empecé a oir unos gritos y eso hizo que me despertara de mi sueño. Me quería cargar al culpable de aquello, estaba apunto de tener un sueño erótico con mi profesor. No sabía si eso me agradaba mucho, pero estaba claro que me quede con ganas de más. Me levanté y encendí el ordenador. Tenía un mensaje de Álvaro preguntado de que iba eso de que quería quedar con él, le respondí rápidamente diciéndole donde nos veríamos y luego le envié un mensaje a Pablo. Ahora solo hacía falta esperar.

jueves, 13 de junio de 2013

Capítulo 25

Cuando se fue, me quedé en mi cama pensando en todo. Decidí no molestarle para ver si se le pasaba el cabreo. Yo en el fondo sabía que tenía parte de culpa, pero no podía evitarlo por mucho que lo intentara. Estaba cansada de todo ese panorama y tenía un plan, que lo iba a llevar a cabo el día siguiente. Primero me tenía que preocupar de Marta, ya que su actitud no era del todo normal. Le llamé por teléfono y le pregunté si quería quedar. Como me dijo que sí, fui a buscarla a su casa. Toqué el timbre y esperé a que bajara.
- Hola!- Le dije cuando la vi, aunque tenía que preguntarle cosas, no quería hacerlo tan pronto
- Hola- me dijo con un tono de voz muy tembloroso.
- ¿Qué te pasa?
- A mí nada¿ por?- dijo intentando parecer indiferente.
- No me mientas. Primero sabes todo lo que siento por Álvaro y todos los problemas que tengo con Pablo porque te lo he contado y hoy cuando se ha acercado para hablar conmigo has sido muy desagradable. Eso lo podía esperar de Carolina, pero no de ti.
-Per..- intentó justificarse, pero no le dejé acabar.
- Y ahora me saludas con un tono muy apagado, no como eres tu realmente y me vienes con el cuento  de que no te pasa nada. Eso no me lo trago, por lo que iremos algún sitio para sentarnos y me lo cuentas todo. ¿Vale?
- Vale
El camino hacía el parque fue muy extraño, apenas hablamos a no ser que yo sacara el tema de conversación. Cuando llegamos fui directa al grano.
- ¿Haber, que te pasa?
- Uff..Es una tontería. No me pasa nada.
- No me mientas, por mucha tontería que sea seguro que algo te pasa. Confía en mí, yo no se lo contaré a nadie
- Vale. Fue cuando fuimos a Valencia. El primer día fuimos a casa de los chicos y todo fue tranquilo. Bueno, menos por el hecho de la sesión de sexo que tuvimos, que fue agotadora. No sabes como le da él a su merengue. Pero eso es aparte. Por la noche salimos de fiesta y nos emborrachamos, pero Eric se emborracho más que yo. En un momento de despiste vi que no estaba y no le di importancia,pensaba que estaba al baño, pero luego le vi aparecer con una chica y me la presentó. No le dijo que yo era su novia y eso me cabreó. Pasaba la noche y todo parecía igual, pero cuando me di cuenta la tía esa le estaba mintiendo la lengua a Eric hasta la campanilla, por lo que me puse muy celosa fui y le di un bofetón. La chica se quedó un poco flipada. Él empezó a gritarme, yo me estaba poniendo más nerviosa aún y le dejé solo con la borrachera que llevaba. Llamé a Ivan para que le viniera a buscar y yo me largué. Luego no le dejé que se disculpara.
- Ohh- dije asombrada- pero tú no tienes la culpa.
- Ya lo sé, pero me siento muy mal, no debería haberlo dejado solo, sino ayudarle y estar apoyándolo.
La conversación se fue alargando hasta que me llamó mi madre, porqué ya era demasiado tarde para estar en la calle. Cuando volví a casa me pusé a estudiar y de repente vi como alguien me hablaba por Tuenti.

domingo, 9 de junio de 2013

Capítuo 24

Estaba cabreada con Marta, por la forma en la que le habló a Álvaro. ¿ Quién se creía ella para hablarle así? Esto no podía seguir de ese modo.
- ¿ Por qué le has hablado de esa forma?- le pregunté siendo lo más amable que pude.
- Porque quiero.  ¿ Tienes algún problema?
- Pues sí, nadie te había dado vela en ese entierro y tú te has metido.
- Yo hago lo que me da la gana, ¿ te queda claro?
- Mira, si te pasa algo conmigo me lo dices a la cara, pero a mí no me hables así ¿te queda claro?
- Uii perdona.. mira que miedo.- Dijo ella con mucha chulería. Ya me estaba cabreando mucho y apunto de sacarme de mis casillas, quería darle una buena para que se le bajaran los humos. Pero me contuve
- Chicas, chicas. Tranquilas va, que esto ha sido solo una tontería. No os enfadéis.- Dijo Carolina intentando calmar las cosas entre nosotras, pero yo estaba muy cabreada por lo que no le hice caso y me puse a pensar con lo mío, suponía que si le pasaba algo ya me lo contaría, ya que esa actitud no era normal en ella. En mitad clase, empecé a soñar despierta, y no eran los típicos sueños que se tienen, era un sueño erótico. Se me venían a la mente un montón de cosas para hacer con Álvaro y Pablo a la vez. El pensar hacer un trio con ellos dos, hacía que subiera por mi tripa un cosquilleo y notaba como se contraía mi todo. No me podía quitar esa idea de la cabeza. Necesitaba tener sexo ya. Cuando salimos de las clases, me llevé a Pablo a mi casa, tenía que aprovechar la ocasión ya que mi madre no se encontraba allí. Dejamos las mochilas en la entrada y le dirigí hacia mi habitación.  Aprovechando que  el ordenador estaba encendido, puse música . Me puse de pie delante de él y empecé a hacerle un baile erótico con striptis incluido. Me quité el pantalón poco a poco mientras iba moviendo mis caderas cerca de su pene. Restregandome por todo él. Poco a poco fui bajando hasta el botón de su pantalón y se lo desabroché, pero no se lo quité. Empecé a acariciar su pene notando como cada vez su erección se iba haciendo más grande. De repente mi tripa sonó. Pero no le dí importancia. Le acaché los calzoncillos y dejé salir si enorme y precioso pene. Lo acaricié poco a poco mientas lo chupaba lo mejor posible. Haciendo que salieran de él unos gemidos. De repente el me cogió y me tumbó a la cama. Se puso encima de mí y empezó a besarme . Cuando llegó a mis pechos, me quitó la camisa y pudo ver mi collar. Solo esperaba que no se diera cuenta de él. Pero mis intuiciones fallaron.
- ¿ Y ese collar? Ayer no lo tenías.
- Lo encontré entre mis cosas y me apeteció ponérmelo.- Intentaba sonar lo más convincente posible.
- No hace falta que me mientas, es mucha casualidad que ayer Álvaro te diera un regalo y hoy lleves un collar por que lo encontrastes por casualidad. La verdad es que no sé lo que me ha sentado más mal, que me mientas o que lleves algo de él.
No me dio tiempo a responder, cogió sus cosas y se fue. Dejándome con las ganas de echar un polvo y ahora si que estaba en un buen lío. Yo difinitivamente era tonta.

viernes, 7 de junio de 2013

Capítulo 23

Cuando llegué a casa me fui a mi habitación lo más rápido que pude para abrir el regalo de Álvaro. Me moría de ganas por saber de que se trataba ya que él apenas me conocía. Lo saqué del bolso y lo miré atentamente antes de abrirlo. Lo abrí poco a poco haciendo muchas suposiciones. Cuando lo vi me quedé encantada. Era un collar. La cadena era de color plata y había una medalla en la que había dibujado un autobús. Eso me recordó a como empezamos a hablar. Pensando en todo lo sucedido me di cuenta de que nunca le había regalado nada a Pablo y él a mí tampoco, a parte, no sabía casi nada sobre su vida y eso me preocupaba. De repente oí a mi madre que me llamaba. Eso me hizo volver a la realidad. Bajé corriendo las escaleras y le dije que me pusiera el collar. Me hice una coleta y me puse a ayudarla con el jardín. Estaba tan feliz de haber recibido aquel regalo, hacía que me sintiera querida, aunque no sabía como le sentaría ha Pablo lo del colgante.
A la mañana siguiente en clase empecé a contarle a las chicas todo lo ocurrido, cuando de repente se acercó Álvaro para preguntarnos algo.
- Hola, ¿sabeís si en el examen de Castellano entra literatura?
- No.- Contestamos las tres a la vez. Pero él no se marchó, seguía ahí y pude ver como mantenía  la vista en mi collar.
- Que collar más bonito, ¿ te lo han regalado?- preguntó con un tono muy alegre. No sabía a que venía la pregunta cuando fue él quien me lo había regalado, pero decidí seguirle el juego.
- Sí, me lo ha regalado una persona muy especial.- Le dije muy contenta.
- ¿ Y ya le has dado las gracias?
- ¿ Por qué no te largas?- le dijo Marta con muy mala leche. No sabía que le pasaba pero algo muy grave seguro, y todo empezó cuando volvió de Valencia. Si ella no me lo contaba se lo tendría que preguntar a Carolina.
- Bueno, eso no es de tú inconveniencia, pero no aún no. Pensaba dárselas cuando tuviera oportunidad de hablar con él.- Le dije intentado no poner cara de poker. ¿ Enserio qué no me estaba vacilando? Porque esa era la sensación que me daba
- ¿ Él?- preguntó con mucho interés.
- Sí, él. Es un chico. Y ahora puedes irte para que podamos hablar tranquilas.- Le volvió a contestar Marta. Eso si que me había sacado de mis casillas. Con mi chico no se mete nadie, dijo de repente mi yo interior. Eso hizo que me estremeciera. ¿ Por qué dije mi chico, por qué no pude decir Álvaro? Era algo que me preocupaba. Porque yo sabía que sentía atracción física hacia él, ¿ pero si había algo más?  Eso no lo sabía, ya que no podía distinguir entre un capricho y amor.
- Sí tranquila ya me voy.- Dijo enfadado. ¿ Qué esperaba que hiciera? Si tenía pensado que le defendería o que le daría las gracias delante de mis amigas por el colgante estaba loco. Era algo que no iba a hacer nunca y menos después de mi promesa a Pablo.

jueves, 6 de junio de 2013

Capítulo 22

Después de comer le dije a Pablo que me siguiera y fuimos al parque para hablar. Aún seguía sin creerme lo que había hecho. Me senté a su lado en el banco, respiré hondo y empecé a hablar.
- Ahora dime lo que has venido a hacer.- Le dije intentando parecer lo más enfadada posible.
- Cuando leí la nota que me pasaste en clase de mates, me di cuenta de que tenías razón. No te había dejado que te explicaras y fui a hablar contigo. Pero luego te vi besándote con Álvaro y el mundo se me vino abajo. Me dolió tanto verlo que no podía hablar en ese momento. Después de mucho pensar en todo lo sucedido me dije a mí mismo que no me podía rendir y que tenía que hacer que yo te gustara más que él. Y eso es lo que he venido a hacer.
- No se que decir la verdad. Yo sé que no estuvo bien lo del beso, pero no pude evitarlo. Se me acercó tanto...- Le oculté media verdad. No me atreví a decirle que también me ponía mucho y que me hubiera gustado hacer muchas cosas con él en aquel momento.
- Te quiero
- Yo también te quiero. Por favor prométeme que no te vas a preocupar de nada y que no le vas a pegar. 
- No tranquila
- Eso no me sirve, prométemelo.
- Te lo prometo.- Me dijo con los ojos muy abiertos por lo que podía pasar. Después de tener esa reconciliación con él no pude evitarlo y le besé. Enredé mis manos en su pelo y me lo acerqué para morderle el labio inferior- sin que quedara muy ridículo, dada mi falta de experiencia- y introduje mi lengua en su interior fundiéndonos en un beso apasionado. 
De repente oímos un ruido, cuando abrí los ojos pude ver a Álvaro ante nosotros-yo me preguntaba por qué siempre aparecía en el peor de los momentos-. 
- Fui a tu casa a buscarte y tu madre me dijo que estabas aquí, lo que no me dijo era con quien estabas. Y ya veo que te ha faltado poco tiempo después de lo ocurrido en el ascensor para besarte con él.
- Mira tú niñato, déjala tranquila.- Le dijo Pablo de repente, soltándome la mano para levantarse y ponerse frente a él.
- Si vais a pelearos avisad para marcharme de aquí.
- Carol, no te preocupes que yo no pienso pelear con el asqueroso de tú novio. Solo he venido para traerte esto.
Se lo cogí con toda la amabilidad que pude y me lo guardé en el bolso. No quería abrirlo ahí por miedo a la reacción de Pablo. 
- Cuando lo abras piensa en mí y luego me dices si te gusta. Eso sí, yo sé que tienes novio, pero no voy a dejarte escapar. No se lo que hiciste conmigo pero me hechizaste y no puedo dejar de pensar en ti.- Mientras hablaba se le podía observar mucha sinceridad en los ojos. No sabía que contestar, pero por suerte fui "salvada por la campana" como nunca mejor dicho. Había recibido un mensaje de mi madre diciéndome que volviera a casa para ayudarla con unos recados. Me despedí de Álvaro con dos besos en la mejilla y a Pablo le di un dulce beso en los labios. Aquello era tan incómodo.

martes, 4 de junio de 2013

Capítulo 21

Las clases terminaron y yo no había hablado aún con Pablo. Tampoco creía que el quisiera habar conmigo, después de lo que vi. Fui a casa como siempre con Marta, escuchando lo bien que se lo pasaron en Valencia. 
- Después de ir al océano gráfico, subimos al Micalet. Llegué arriba cansada, pero las vista valen mucho la pena.- Me comentó con mucha alegría.
- Eso si que es verdad, ya que se ve todo Valencia. Pero yo no quiero que me hables de eso, yo quiero que me cuentes eso de lo hicimos en muchos sitios...
- Umm... es que me da mucha vergüenza..
- Pues ahora me lo cuentas mona.- Le dije con ganas de saber más sobre el tema. 
- Haber.. el primer día que llegamos, Ivan y Carolina se fueron a dar una vuelta por la ciudad y yo me quedé a solas con Eric a su casa. Sus padre tampoco estaban y la cosa se fue calentando. Empezó todo como un simple beso por estar allí con él y seguimos con más y lo que teníamos más cerca era la mesa del comedor. El apartó las cosas que había encima de la mesa y me tumbó en ella. Me bajó los pantalones y empezó a hacerme cosas y ya no te cuento más que me da vergüenza. Supongo que el resto te lo imaginas.- Dijo mientras sus mejillas se iban cogiendo color. Me apetecía verla sufrir un poco más pero ya nos teníamos que despedir.
- Ahh, por cierto te tengo que contar una cosa.- Le dije antes de irme para dejarla con la intriga.
- Ahora me lo cuentas.- Dijo con resignación por dejarla así, pero yo simplemente negué con la cabeza y me fui sonriendo. Esas eran las cosas que me hacían olvidarme por un tiempo de todos los problemas. Al llegar a casa hice lo de siempre, abrí la puerta, dejé la mochila sobre la mesa de la entrada y saludé a mi madre con un grito. Pero cuando entré la expresión de mi cara había cambiado por completo. Que cojones hacía él allí.
- ¿ Qué haces aquí?- Le dije enfadada.
- ¿ Por qué no me has dicho que tenías novio?- preguntó mi madre.
- Pues yo que sé, porque no y punto.
- Pues que sepas que me gusta mucho. Y se queda a comer.- Dijo mi madre. No me podía creer lo que me estaba contando. Después de no hablarme y de ver lo que había visto, no sabía que hacia aún.
- He venido para habar contigo y quería darte una sorpresa, para que sepas que voy a luchar por ti cueste lo que cueste. Si quieres pasar de mí, lo entenderé, pero que sepas que si él puedo luchar por ti yo también. Y no te preocupes por tu madre que ya se lo he contado todo. Y le he pedido si me dejaba salir contigo como se hacía antes.
- A este chico no lo puedes dejar escapar.- Dijo mi madre. No me creía lo que estaba oyendo y menos que mi madre lo supiera todo. Eso ya me superaba... Al menos no se lo había tomado como yo esperaba.
- Tú y yo hablaremos más tarde.- Le dije y luego me puse a comer. Por lo menos ese tiempo me permitía pensar. Y sabía que a mi madre le había gustado, pero no tenía claro si a mi padre le haría la misma gracia.

domingo, 2 de junio de 2013

Capítulo 20

Ya estábamos a Lunes y a primera hora tenía matemáticas. Mi corazón iba a cien como nunca lo había hecho. No sabía como me sentiría al verlo. ¿ Me ignorará? ¿Me besará? ¿Me saludará? Un sin fin de preguntas se venían a mi mente. Entramos en clase y obtuve la respuesta a todas mis preguntas. Me ignoró y yo estaba muy pero que muy enfadada. ¿ Por qué me hacia eso? No podía quedarme quieta, por lo que cogí un trozo de papel y le escribí una nota.
¿Por qué pasas de mí? Entiendo que estés enfadado, pero alguna vez tendrás que hablarme. Espero que no sigas con esta tontería, porque vas a cabrearme de verdad.

Mi puntería no era buena, pero las mesas no estaban tan lejos para fallar. Le lancé el papel y me quedé mirándolo fijamente para ver su reacción, pero no hacía nada. Simplemente cogió el papel, hizo una pequeña bola y se la guardó en el estuche. Estaba muy cabreada. Por suerte las clases del Lunes no era pesadas y tenía educación física para poder sacar todo lo que llevaba dentro. Terminada educación física cogí el ascensor para ir a clase de francés, ya que me apetecía muy poco subir las escaleras. De repente vi correr a alguien hacía mí. Era Álvaro. ¿ Qué quería ahora este? Estábamos subiendo y había un silencio incomodo entre los dos. Pero de repente pasó algo. El ascensor se paró. ¿ Por qué a mí? Después de estar un rato callados Álvaro rompió el silencio.

- Algún día tendremos que hablar y creo que este es el mejor momento.

No respondí y me dediqué a no mirarle a la cara, aunque se me hacía un poco difícil, ya que no podía dejar de mirar los ematomas que tenía por la pelea.
- No voy a para hasta que me contestes, y ahora no puedes huir.
- Quieres que hable pues hablaré.- Le dije acercándome cada vez más a él, quería utilizar un tono amenazador aunque no creo que me saliera muy bien.- Si no te hablo es porque no me apetece, estoy muy cabreada por estar encerrada aquí, Pablo no me habla y tú ahora estas insistiendo en tonterías. Por tu bien no me toques más las narices.
Intenté no parecer nerviosa y controlar mi voz para que no tartamudear mucho. Iba a darme la vuelta, cuando de repente noté que me cogía del brazo y me hizo lo mismo que yo le hice. Me iba acorralando hacia la pared, pero él no se apartó de mí.
- No voy a dejarte, porque creo que yo te gusto, si no, no estarías temblando. Se que te gusto y que ahora mismo desearías que te besara. Pero no voy a hacerlo a no ser que tú me lo pidas, ya que no quiero parecer un acosador. Eso sí, tienes que tener claro que no voy a parar hasta tenerte.
- Be..sa.. me..- dije como pude. Lo necesitaba, no podía tenerlo tan cerca de mí y no besarle. Pero él no me besaba, no lo hacia y yo me moría de ganas, por lo que me lancé yo. Estábamos contra la pared, y yo podía notar su erección en mi vientre. Tenía muchas ganas de hacer cosas con él. Aunque no me entendía a mí misma, era todo tan complicado ¿ Por qué nadie me dijo los problemas que había al enamorarse? Allí estábamos, cuando de repente se abrió el ascensor y nos pillaron. Me sentía avergonzada ¿qué iban a pensar? Bajé mirando el suelo, pero cuando levanté la vista para entrar a clase pude ver a Pablo. Lo había visto todo.  


Capítulo 19

El fin de semana me lo pasé en casa leyendo, escuchando música y viendo alguna serie o película. Eso me servía para distraerme de todos los malos rollos que había tenido, pero siempre volvía a mis pensamientos de una forma u otra. De tanto en tanto recibí algún que otro mensaje de las chicas, ya que ese fin de semana estaban en Valencia con los gemelos.
Para: Carol Ramirez
Asunto: Hemos llegado muy bien, de momento solo te puedo decir que el primer día a sido perfecto y lo hemos hecho en muchos sitios. Ha sido todo maravilloso y espero que esto no termine. Carolina también está bien y sus padres son muy simpáticos y amables. Me hubiera gusta mucho que estuvieras aquí con nosotras. Y no le des muchas vueltas a tu asunto, las cosas ya se arreglaran. 
Cuidate guarri. Marta.

Para: Marta Hernández
Asunto: Me alegro de que os lo estéis pasando bien. A mi también me hubiera gustado estar ahí, pero no ha podido ser. ¿ Como que lo habéis hecho en muchos sitios? Eso quiero que me lo cuentes más detallado ee.  Es difícil no darle vueltas al asunto, pero lo intento. Quiero que me cuentes más y me alegro de que sus padres te caigan bien, yo ni conozco a los de Pablo. Eso dice mucho por la parte de ellos. Me pregunto porque no tendre tanta suerte como tu con los chicos... 
No supe mucho más de ellas y tampoco sabía nada de Pablo. No me había portado bien con él, le debía una explicación y no se la di, simplemente le dije que se marchara. Pero era demasiado cagada para decírselo a la cara, por lo que fui por el camino fácil.

Para: Pablo Ramón
Asunto: Hola! :) sé que no me he portado bien contigo y sé que te debo una explicación de lo ocurrido. Así que allá voy. En el verano en las fiestas del pueblo, aquellos días que no estuve contigo, quedé con una amiga. Pero antes en el bus, me senté con Álvaro y charlamos. Eso no fue nada, pero en las fiestas fui al baño y el me siguió y lo hicimos allí en el baño, al principio no te lo quería contar porque pensaba que no te quedarías aquí, pero como he visto que si que te has quedado y después de lo ocurrido te lo quería contar. Yo se que tu dirás que eso no tiene nada que ver con el beso, pero para él sí, ya que le gusto y quería tener algo conmigo. Espero que no te enfades conmigo por habértelo ocultado y también espero que podamos hablar en persona de todo esto. Besos Carol
Lo que tenía que hacer ya estaba hecho, pero poco después de mandarle ese mensaje recibí uno, estaba nerviosa por lo que podía decir, no me atrevía a mirar que decía pero fui valiente y lo hice.

Para: Carol Ramirez
Asunto: Hola, sé que Marta también te ha escrito. No sé que te habrá contado, pero se lo está pasando muy bien, ya que los pillé manos en la obra en la mesa del comedor, si hubieras visto lo que hacía hubieras flipado, gual que yo. Estaban haciendo una postura que no creo que exista, pero ellos la hacían. Eso ya te lo contaré más detallado. Sus padres no me caen muy bien, tienen un aspecto muy raro y creo que yo tampoco les caigo bien, pero me da igual. El resto ya te lo contaré . No folles mucho.
Carolina. 
Cuando leí el mensaje, me desilusioné mucho, pensaba que era Pablo. Yo esperaba ese mensaje desesperadamente y no llegaba. El fin de semana se terminó y estaba nerviosa por verle el Lunes. Por desgracia esa semana no me tocaba con él en mates, si no hubiera aprovechado para hacerle un interrogatorio.