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viernes, 24 de mayo de 2013

Capítulo 14

Carolina y Marta, estaban tristes por no poder ver a sus novios por un tiempo, pero ellos les juraron que seguirían en contacto y que no se olvidarían de ellas- que monos-. El curso ya había empezado y por desgracia no estaba en  clase con Pablo, el se había ido a científico. Al menos tenía el consuelo de verlo en las matemáticas B- las difíciles-. Las cosas nos iban bien, pero siempre teníamos nuestras discusiones, aunque las solucionábamos en seguida. A mi pesar, Álvaro se cogió letras como yo e iba a mi clase. Eso no me importaba mucho, aunque lo que pasó ente nosotros estaba ahí. Aunque fuera algo que solo conocíamos los dos, los recuerdos  venían a mi mente y pensar lo que hice me producía algún que otro escalofrío. 
Estaba super aburrida en clase de historia, cuando una bola de papel me dio en la espalda. Intentaba no darle importancia, pero no podía evitar buscarla aunque fuera disimuladamente. Cada rato me giraba hacia los lados para ver de donde venía, pero no vi nada . Una vez encontré la bola de papel, hice caer mi lápiz "disimuladamente" al suelo, para poder coger la bola. Me sentía un poco estúpida haciendo eso, pero la curiosidad siempre me ganaba.

He estado observandote estos días y hay algo en ti que me llama mucho la atención. Espero que puedas saciar mis ganas de ti. Atentamente un admirador.

Esa nota me alteró un poco, ¿quién había escrito eso? Empecé a mirar a los lados ansiosa para ver si podía observar algún comportamiento extraño, pero no lo vi. Pasé el resto de la clase incómoda, hasta que por un momento mi mente me dijo algo : Carol, ¿por qué te preocupas si no debe ser para ti? ¿ Quién crees que se puede haber fijado en ti? Aún tienes suerte de que Pablo te conociera en verano, porque si no hubiera sido así, no te hubiera hablado ni él. Ya sabes que no eres popular.
Los comentarios de mi mente hicieron que me sintiera muy mal al principio, pero luego me di cuenta de que tenía razón, ¿quién se iba a fijar en m? Al fin sonó la sirena y pudimos salir al patio, pasar unas horas más en esa clase me hubiera matado de aburrimiento. Me llevé la nota al patio y se la enseñé a las chicas. Pude ver como la leían  atentamente sin decir nada, me estaban sacando de quicio. ¿ Por qué no dician  nada?
- Bueno ¿ y que pensáis?- Dije finalmente para que alguien empezara a hablar.
- No lo sé la verdad. Yo no me preocuparía, no creo que vaya para ti.- Dijo Carolina, ella como siempre tan simpática y sincera.
- Haber que es eso.- Dijo alguien detrás de mi, mientras  me lo arrebataba de las manos.
- Emm, espero que esto no vaya hacía ti, si no me cargo a este tipo.- Ese tono no me gustaba nada, pero entendía la preocupación de Pablo, era tan mono.
- No tranquilo, se lo han enviado a Marta.- Murmuré, pero pude ver la cara asesina de ella. Creo que no le hizo nada de gracia que comentara eso, pero tenía que hacerlo.
- ¿Ah sí? Osea, que tienes un admirador secreto por ahí. ¿ Cuando ibas a comentarlo?
- Ehh.. Yooo.. Me lo han dado hoy.
- Ah.- Dijo Pablo asombrado. Pero por suerte Carolina pudo salvarnos de esa maldita incomodidad. Yo sabía que se lo tenía que comentar tarde o temprano, pero de momento no le iba a dar importancia. De repente oímos el timbre, que pereza me daba, porque tenía clase de Mates, al menos esa semana me tocaba sentarme con Pablo, ya que mi apellido era Ramirez y el suyo Ramón. 

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