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martes, 9 de julio de 2013

Capítulo 30

Pasó mucho tiempo hasta que supe algo de Pablo. Todo aquel tiempo fue el peor de mi vida. Tenía que aguantar los comentarios de las marujas, los apodos y los rumores que se iban inventando sobre mi. Las clases de matemáticas cuando estaba sentada con él se me hacían eternas. Me era muy difícil estar sentada sin poder hacer nada para remediar todo lo ocurrido, sin poder pedirle perdón y sin escuchar un perdón por parte de él. Por otra parte estaba el tema Álvaro, por mi culpa ya no tenía tantos amigos. Nosotros nos seguíamos hablando por noté un poco de distancia. El único apoyo que tuve fue el de mis amigas. Toda mi vida durante el primer trimestre fue una mierda y por suerte mis padres no sabían nada de todo lo ocurrido. Llegaron las navidades, iba a hacer un viaje a París con mi madre, ya que una amiga de ella nos había invitado. No tenía muchas de hacerlo por todos los problemas, pero eso era lo mejor que me podía pasar ahora. Unos días fuera de un pueblo. Unos días en una ciudad hermosa, la ciudad del amor. 
Un día antes del viaje me despedí de mis amigas, que no había pasado casi nada de tiempo con ellas desde que tuve todos los problemas. 
- Chicas, que ganas tengo de ir. Ya os contaré como me ha ido todo. Espero que después del viaje podamos pasar más tiempo juntas. No he sido muy buena amiga y a parte me tenéis que poner al día con el asunto Eric y Iván. Que me parece muy fuerte todo lo que me contasteis.
- Yo también te echaré de menos- dijeron las dos a la vez.
Me despedí de ellas con un super abrazo y un super beso. Tampoco faltaron las lágrimas. Cuando me fui a casa, terminé de arreglar mi maleta, me duché, cené y me fui a dormir. A las 3:30 de la mañana tenía que salir hacia Valencia para coger un avión a las 7.
- Cariño, despierta. Ya estamos en el aeropuerto.- Me dijo mi madre con un tono muy dulce. Supongo que sabía lo mal que me sentaban a mi los despertares. Sinceramente dormí muy poco en el viaje. Después de estar esperando un buen rato en la cola y embarcar, subimos al avión. Yo me senté al lado de la ventana. Me encantaba estar allí. Me imaginaba en París, al lado de la Torre Eiffel. Eso siempre había sido mi sueño. Cuando pensábamos que ya estábamos a punto de salir, oímos hablar al piloto.
- Queridos pasajeros, les informamos de que vamos a tardar media hora en salir. Nos han anunciado que hay tráfico aéreo.- Eso me sonó de lo más extraño. ¿Cómo podía haber tráfico aéreo? Bueno, supongo que no debía de preocuparme mucho. 
Después de esperar, por fin despegábamos. Dos horas después estábamos en París.
El día que llegamos, fue tranquilo, hicimos una visita rápida en coche, ya que estábamos muy cansadas. Después de hacer la visita y pasar el día a la ciudad. Nos fuimos a un pueblo que no estaba muy lejos de París, llamado Franconville. Visitamos el pueblo, y luego fuimos a dormir. El siguiente día iba a ser intenso.

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