Busca lo que necesites AQUÍ:

martes, 1 de octubre de 2013

Capítulo 35

   Nos quedamos un rato más en su casa después de comer. El ambiente estaba tenso, pero los dos intentábamos actuar como si nada hubiera pasado. Todo estaba saliendo bien cuando de repente escuche sonar mi teléfono. Era mi madre.
   -Hola mami!- dije con vo inocente, intentando parecer tranquila.
   - Hola, ¿vas a tardar en venir?
   - No lo sé, ¿por?
   - Queremos ir al centro comercial por si te querías venir.
   - Bueno, vale. No tardaré, besitos- me daba mucha pena irme, pero era lo que me tocaba. Me levanté del sofá, fui a despedirme pero no sabía como hacerlo y cuando me dí cuenta, le estaba dando un beso en la mejilla. Fui lo más rápido que puede a casa, ya que no les gustaba esperar. Cuando llegué, estaban terminado de recoger.
  - Nosotros, ya nos vamos. Date prisa.
  - Vale, ahora bajo.-Subí corriendo a mi cuarto, cogí los cascos y un bolso y me dirigí lo más rápido posible al coche. No parecían muy contentos, pero los entendía, había estado fuera de casa des de las siete de la mañana. Cuando fui a sentarme, noté algo extraño en mi pantalón. No sabía lo que era hasta que me moví, era la carta de Pablo. Me la había guardado ahí para no perderla. La saqué sin parecer muy nerviosa. La carta tenía un suave olor a él, la colonia que le regalé al poco de empezar a salir.
La carta estaba perfectamente cerrada, en la parte delantera ponía: Para Carol, con mucho cariño Pablo.
Su letra siempre me había fascinado, la tenía clara y precisa, las "l" siempre se le subían más que las otras letras. Me quedé un rato tocándola, como si pudiera adivinar el que ponía solo con tocarlo. Las manos me temblaban mientras estaba intentando abrir la carta y con el movimiento del coche, se me complicaba mucho más. La intenté abrir rompiéndola lo menos posible.

Hola.
Supongo, que si tienes esta carta es porque tu madre te la habrá dado y yo ya me habré ido. Me duele despedirme de ti de está forma, pero creo que después del portazo que me diste cuando fui a tu casa era lo más apropiado. Tengo tantas cosas que decirte, que no sé por donde empezar. Nunca antes había hecho esto por ninguna chica, tú has sido la primera y para muchas cosas siempre lo serás. Poco a poco, intentaré superarlo, pero sé que no podré, que me costará mucho. Puedes pensar muchas cosas, como que estoy diciendo esto por quedar bien o por poner algo, pero no es así. Esto es lo que siento y lo que siempre sentiré por ti. He compartido cosas contigo, que nunca había compartido con nadie, he tenido mis mejores y mis peores momentos contigo. Tú lo has hecho especial todo. 
La primera vez que te vi, no puede dejar de pensar en ti. Sé que nuestro encuentro fue extraño, podía parecer un amor de verano o algo parecido, pero no fue así. Me enamoré de ti solo te vi. Les rogué a mis padres poder quedarme aquí solo por ti. A veces pienso si eso ha sido mi mejor opción, porque he dejado atrás a todos mis amigos, a parte de mi familia, he dejado mi antigua vida por ti y no me arrepiento para nada. Después de mucho pensarlo, creo que esa fue la mejor iniciativa que tuve. No te quiero echar nada en cara y no quiero que te sientas mal. 
Sé que ahora mismo debes de estar llorando mientras lees esto, pero no quiero que lo hagas. Solo quiero que pienses en los buenos momentos que hemos vivido (solo quédate con esos) y que seas feliz, que voy a estar ahí para ti pase lo que pase y aunque me duela, porque me gustaría que esto no terminara. Siempre seré tu amigo, siempre. No olvides esas últimas palabras. 
Te quiero y siempre te querré
Pablo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario